El bonsái (cuidar y nutrir arbustos y árboles en miniatura en macetas) ha sido durante mucho tiempo una forma para que los aficionados reduzcan el estrés y demuestren sus habilidades de jardinería.
Originalmente llamado penjing por los chinos (antes de su adopción por los japoneses), el cultivo del bonsái se remonta al año 800 d.C., cuando era una de las actividades favoritas de los monjes budistas.
Este antiguo arte puede parecer intimidante, pero con el enfoque correcto puede ser una meditación relajante y una prueba desafiante para el pulgar verde. Debido a que las macetas son tan pequeñas, los bonsáis tienen menos tierra de la que extraer nutrientes, por lo que necesitan más atención que una plantación al aire libre de la misma especie.
Antes de comprar un bonsái, asegúrese de comprar una especie adecuada. Su selección debería poder producir nuevos brotes en madera vieja; debe tener distancias cortas entre los nodos de las hojas; y debe tener hojas que puedan reducirse a un tamaño más pequeño. Un bonsái también debe poder soportar la alteración de las raíces. Algunas de las especies más tradicionales incluyen enebros, arces y pinos. Los bonsáis de flores incluyen azalea, cereza y membrillo japonés.
La mayoría de los bonsáis necesitan un sol fuerte. Para proporcionar una luz adecuada a todos los lados de la planta, gírela hacia atrás cada mes aproximadamente. Asegúrese de darle a su bonsái un poco de tiempo al aire libre también: una especie que proviene de un área con inviernos duros necesitará períodos de temperaturas más frescas para prosperar, mientras que una especie tropical disfrutará del calor del verano.
Sin podar, un bonsái se convierte en un árbol normal, pero evite el error novato de podar en exceso. Solo pode a medida que madura el nuevo crecimiento, no cada vez que aparezca una nueva hoja. Siga la inclinación natural de la planta, podando solo para mantener el crecimiento en equilibrio. Los jardineros avanzados pueden crear una forma más agradable envolviendo un tronco de bonsái con alambre de aluminio.
Para mantener las raíces sanas, tendrá que volver a sembrar los bonsáis hasta dos veces al año, cada vez recortando las raíces en aproximadamente un tercio y mezclando con el suelo una medida de fertilizante orgánico de liberación lenta. Este último alienta a las raíces a absorber nutrientes y no abarrotar la maceta.
Riegue su bonsái según sea necesario, manteniendo la tierra ligeramente húmeda, no mojada. La tierra superior debe secarse, pero no la tierra de abajo. Lucha contra los ambientes interiores secos nebulizando las hojas de vez en cuando.
Para más información sobre jardinería, considere:
Consejo rápido: cuidado de los árboles
5 (casi) plantas de interior a prueba de muertes
Radio: éxito de arbustos