Clavar un clavo no es solo una cuestión de estar listo, apuntar y balancear. En él entran otros elementos, como el tamaño del clavo, el ángulo en el que se clava y la naturaleza de las piezas que se unen. Cuando se trata de comprender las ventajas de clavar en la cara frente a clavar en los dedos de los pies, por ejemplo, muchas personas tienen mucho que aprender.
Reglas generales generales
A continuación, se muestran algunos problemas y opciones a considerar.
TAMAÑO DE UÑAS
Para unir una pieza de madera a otra, debes usar un clavo que tenga tres veces el grosor de la pieza que vas a clavar. ¿Derecha? Si bien ese es un buen punto de partida, no es toda la historia.
Si el clavo pasa a través de la segunda pieza, entonces un clavo de tres veces es demasiado largo (excepto cuando se clava con remaches). Otra consideración, especialmente cuando se realiza un trabajo de acabado, es la posibilidad de que se produzcan divisiones. Es más probable que ocurran al clavar a través de la fibra del extremo, y los clavos de gran tamaño pueden ser la causa.
Un poco de práctica, experiencia y, si no está seguro, algo de experimentación con piezas de desecho le dirán lo que necesita saber en casos individuales.
TAMAÑO DEL MARTILLO
Al elegir su martillo, asegúrese de que el peso y la forma del martillo coincidan con el trabajo que está realizando. Los clavos pequeños son mucho más fáciles de clavar con martillos más ligeros y los clavos grandes son difíciles de clavar con martillos pequeños. Un martillo acampanado bien equilibrado de 20 onzas realizará la más amplia gama de tareas.
Técnicas de clavado
Hay más de una forma de clavar un clavo. Se utilizan comúnmente varias técnicas, cada una de las cuales se adapta a diferentes aplicaciones.
1. CLAVADO FACIAL
Este es el clavado rudimentario que aprendimos primero. Se puede utilizar en la más amplia variedad de situaciones, cuando el clavo se clava directamente en la cara de la pieza de trabajo, hasta la segunda pieza. Las uniones con clavos frontales no son particularmente fuertes (especialmente cuando las piezas de trabajo que se sujetan son perpendiculares entre sí), pero la técnica es rápida y fácil.
2. CLAVADO DE PIE
Por el contrario, clavar los dedos de los pies produce una articulación fuerte. La técnica requiere un par de clavos, colocados en ángulos opuestos de 45 grados. No es adecuado para todas las juntas, ya que la fibra de una pieza de trabajo debe estar en ángulo con la otra.
3. CLAVADO DE COLA DE PALO
Esta técnica es similar a clavar los dedos de los pies, ya que implica clavar las uñas al sesgo. Clavar pares o juegos de clavos en ángulos alternos fortalece la articulación clavada. En este caso, sin embargo, es la cara de la tabla la que está clavada (en lugar de los lados opuestos de la tabla).
4. CLAVADO A CIEGAS
Las tablas de lengüeta y ranura están clavadas a ciegas. El clavo se introduce en un ángulo de aproximadamente 45 grados en la lengüeta de la tabla. Luego, la ranura de la siguiente pieza se desliza sobre la lengua, oscureciendo la uña.
5. CLINCH CLINCH
Una técnica común en el pasado, esto se emplea con menos frecuencia en la actualidad. Se introduce un clavo remachado (o apretado) a través de las piezas que se unen, y la punta que sobresale se dobla y se clava al ras para obtener un poder de sujeción adicional. Las puertas de listones se hacían tradicionalmente utilizando esta técnica, lo que lleva al cliché "muerto como un clavo".